Saltar la navegación

La visión de Cristo, presente en sus iglesias

A continuación Juan cuenta las visiones que tuvo en Patmos. Era un domingo, día en que se recuerda la resurrección de Jesús. Cristo no se le manifiesta a Juan como el Jesús familiar de los evangelios, sino como el señor que juzga a los hombres ya los imperios. Se le aparece vestido de blanco, radiante de victoria; lleva un cinturón real; los cabellos blancos, signo de eternidad, y los pies de bronce, símbolo de su imperio inquebrantable. Su palabra es como una espada, que juzga y rompe, y ese Cristo hace una declaración en la que se atribuye los mismos títulos que antes se le dieron a Dios: "Yo soy el primero y el último"; y añade: "Estuve muerto, pero resucité y estoy vivo y tengo las llaves de la muerte", (1, 18).

 

Juan ve a Jesús en medio de las comunidades representadas por unos candelabros; y tiene en su mano 7 estrellas que son los 7 ángeles de las 7 iglesias. Esto quiere decir que las iglesias están bien seguras, en su mano. Estas estrellas, estos ángeles de las iglesias son quizás sus jefes responsables, sus obispos; o bien se trata de una manera de hablar para expresar, al lado de sus actividades visibles, su vida invisible ante Dios. Porque cada fiel, cada comunidad tiene, por así decir, su propio ángel, que es su vida misma en cuanto que participa del mundo espiritual, invisible.