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EL TESTIMONIO DE LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS

Además de todas estas desgracias con las que han de enfrentarse como todo el mundo, los cristianos son víctimas de la persecución. Tal es la visión del quinto sello. Juan ve en el cielo a los mártires de los tiempos antiguos; los oye gritar en su indignación, en nombre de todos los oprimidos. Se les dice que tengan paciencia, ya que es preciso que se les unan los mártires cristianos. Esto quiere decir que las comunidades cristianas tienen que estar dispuestas a padecer arrestos, torturas y ejecuciones.

 

Este tiempo de persecución es el que se describe en el c. 11 para una duración de tres años y medio, es decir la mitad de siete años: el número simbólico de un tiempo de prueba  limitado. Así, pues, este tiempo es el tiempo del testimonio. El Apocalipsis llama a Jesús el “testigo fiel” (1, 5). El cristiano tiene que unirse, a costa de su sangre si es preciso, al testimonio que ha dado el mismo Jesús. Aquí los dos testigos representan, al parecer, a la iglesia en su conjunto, más bien que, como algunos piensan, a Moisés y a Elías o a Pedro y a Pablo. Los cristianos tienen una fuerza de testimonio inquebrantable: la palabra de Dios que proclaman actúa como una espada de doble filo: para los que la reciben es una fuerza de vida, pero para quienes la rechazan es una fuerza de muerte (11, 5). Lo mismo que su Señor, los testigos cristianos pueden sufrir el martirio; pero, lo mismo que él, no permanecerán sometidos al poder de la muerte (11, 11-12). El testimonio que hayan dado contra el odio, contra la indiferencia o contra la cobardía acabará provocando conversiones : "Algunos darán gloria a Dios" (11, 13), porque, a pesar de la hostilidad de muchos, este mundo no está perdido, sino que siempre estará llamado a poblar el cielo; y el Señor prestará su ayuda a su iglesia en los momentos más críticos: tal es la imagen del santuario protegido, mientras que los patios del templo que lo rodean se ven pisoteados por los paganos (11, 1-2). Cuando parece que todo está perdido, entonces es cuando la iglesia de Cristo tiene mayor poder de conquista.