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UNA NUEVA LITERATURA: LA APOCALÍPTICA

La palabra apocalipsis quiere decir "apartar el velo" o "revelación". Se designa con este nombre una literatura judía muy extendida a lo largo de los dos últimos siglos a. C. y los dos primeros d. C. 

Aunque se encuentran anuncios de este nuevo género en el profeta Ezequiel y en algunos otros libros proféticos, el verdadero creador de esta literatura es el autor del libro de Daniel, que escribió hacia los años 167-163 a. C., durante la persecución religiosa del rey Antíoco Epífanes contra los judíos. Estos se encontraban desamparados: creció su esperanza con el retorno del exilio, pero luego vieron ensombrecerse poco a poco sus ambiciones terrenas. Dios se había como retirado de su pueblo y lo había abandonado a las potencias paganas; no se podía contar ya con él como en los tiempos gloriosos del pasado.

 

Ante este estado de ánimo, el autor del libro de Daniel, y otros después de él, quieren asegurar y reconfortar a los israelitas fieles y mantener la esperanza en días mejores. "Apartando el velo" que oculta el porvenir , muestran, mediante visiones turbadoras y extáticas, que de ordinario no son más que una convención literaria, que Dios es fiel a sí mismo y que intervendrá. Ciertamente, hay que contar con un triunfo pasajero de Satanás y de las fuerzas del mal que actuarán a través de los hombres y de los acontecimientos. Los autores apocalípticos describen este triunfo pasajero con imágenes terroríficas. Entonces el pueblo fiel conocerá una verdadera agonía hasta el punto de ver tambalear su fe y llegar a creer que el triunfo de Satanás es seguro, que es imposible resistirle y que Dios se muestra impotente para hacerlo.

Pero una certeza debe brillar en medio de todas estas acciones tenebrosas: Dios será finalmente el vencedor. El, el señor de la historia, convocará a todos los hombres a su tribunal, exterminará a Satanás y a todas las fuerzas del mal y castigará a sus adeptos. Se producirá entonces el retorno al paraíso original y surgirá un mundo nuevo, totalmente otro. Será como una nueva creación. Los cuerpos de quienes hayan perseverado resucitarán. Los que hayan permanecido fieles, en las lágrimas y en la sangre, conocerán el triunfo, serán transfigurados y vivirán en un reino en el que Dios reinará para siempre. 

Esto es en suma lo que declaran y anuncian los autores apocalípticos. Son videntes que reciben sus revelaciones, no en forma de palabras como los profetas, sino en forma de visiones y a través de símbolos. Forjan todo un universo de imágenes, con el que describen no sólo los acontecimientos históricos, sino también el mundo espiritual, invisible, divino, y su género es voluntariamente oscuro, porque no debe ser comprendido más que por los iniciados, ya que se vive en tiempo de persecución.