Es una estupidez, por tanto, buscar el significado religioso del mito en la literalidad de la historia narrada. Se puede decir que, hoy en día, la inmensa mayoría de los creyentes de cualquier religión, por lo menos los que poseen un cierto nivel cultural, se sienten libres para aceptar o no la verdad literal del mito, sin que ello suponga tener que renunciar a sus creencias.
En el caso de los mitos de creación, lo que estas historias pretenden transmitir no son hechos científicos, sino verdades de otro tipo, por ejemplo:
- El origen común de todas las cosas (todas proceden de un mismo monstruo, gigante o caos originario).
- La vinculación entre el hombre y la tierra o la naturaleza, como se destaca en el hecho de haber sido creado a partir de la tierra o de una planta.
- La diferencia esencial entre el hombre y los demás seres naturales, que se expresa en ser semejante a los dioses, hechos de su misma carne, recibir de ellos el aliento, etc.
- La limitación, debilidad e imperfección de los hombres, que nunca llegan a ajustarse al plan divino, están hechos de malos materiales (la sangre o las cenizas de seres monstruosos), deben ser destruidos para intentar otra creación mejor, etc.