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2.1. Creación del hombre a partir de los cadáveres de seres monstruosos

Tenemos en primer lugar el mito babilónico narrado en el Enuma Elish (ver Unidad 2 de 1.0 de E.S.0.): tras la lucha con Tiamat y sus monstruos aliados, el vencedor Marduk toma el cadáver de uno de estos monstruos, llamado Kingu, y de su sangre amasada con arcilla hace la figura humana. Posteriormente, otro dios, Ea, infunde su aliento sobre esta figura y la hace vivir.

Al mismo grupo pertenece el mito órfico: tras descuartizar y devorar al niño divino Dioniso, los Titanes son fulminados por el rayo de Zeus; de sus cenizas surgen después los hombres, que por ello tienen un elemento divino (el que procede de Dioniso) y otro elemento malo (el que procede de los monstruos fulminados por el rayo).