Este tipo de mitos es propio de las religiones americanas, aunque también es posible encontrarlos en otras zonas. Según ellos, el dios creador (por ejemplo, Viracocha entre los incas) o varios dioses deciden crear a los hombres, pero no están contentos con los primeros resultados por lo que deciden destruirlos. Finalmente, el último intento —que corresponde a los hombres actualmente existentes— resulta satisfactorio para los dioses, por lo que esta última humanidad no es destruida, o al menos no lo es totalmente.
El mito del diluvio puede insertarse en este esquema bien como fin de una de las creaciones imperfectas (y entonces no hay supervivientes), bien como destrucción de casi toda la humanidad definitiva, salvo unos pocos elegidos por los dioses para sobrevivir.
En ocasiones dos o más de estas humanidades pueden coexistir, lo que explicaría las diferencias entre los hombres (por ejemplo, en el mito africano de los distintos barros, que se narra en el apartado 2.3.).