Su característica principal es ésta: el universo es formado a partir de los pedazos del cuerpo desmembrado de un dios o gigante.
Ya hemos estudiado dos mitos que pertenecen a este grupo, el babilonio (a partir del monstruo acuático Tiamat) y el azteca (a partir de la diosa Tlalteutli), por lo que mencionaremos ahora otros tres:
• En la mitología nórdica, el gigante Ymir surgió de la escarcha junto a la vaca Audhumbla, con cuya leche se alimentaba. Después apareció el padre de los dioses, cuyos tres hijos (Odín, Vili y Ve) mataron al gigante Ymir y formaron el mundo con sus despojos.
• En la mitología china, se cuenta que P'an-Ku rompió el huevo en el que moraba y de sus dos mitades hizo el cielo y la tierra. Permaneció de pie durante dieciocho mil arios, creciendo tres metros cada día, para que el cielo y la tierra no se volvieran a juntar. Al morir, las partes de su cuerpo llenaron el espacio abierto entre cielo y tierra (ver recuadro).
• En el mito maniqueo, el mundo es creado por un ser divino (el Espíritu de Vida) a partir de los despojos de los demonios: con su piel hace el cielo, con sus huesos las montañas y la tierra con su carne y excrementos.