2.6.2 - Octogesima Adveniens (14-5-1971)
Dos son las cuestiones a las que vamos a prestar atención al acercarnos a la Carta Apostólica Octogesima Adveniens que, como conmemoración del 80 aniversario de RN el Papa dirige al Cardenal Roy, Presidente de Justicia y Paz.
La primera es el concepto de sociedad política y la segunda es la doctrina sobre las ideologías.
La doctrina sobre la Sociedad Política
Pablo VI abandona el concepto comunidad, entendida como grupo humano de origen, para centrarse en el concepto sociedad política, como grupo de destino. Este término, sin el que es imposible comprender toda la argumentación que el Magisterio hace a partir de Pablo VI con respecto a las ideologías y los movimientos históricos, cuestión a la que nos dedicaremos inmediatamente, aparece definido en OA del modo siguiente:
En la sociedad política o sociedad políticamente organizada es donde debe ejercerse la acción política orientada a la promoción de la paz. La sociedad política es plural en su estructura, al tiempo que resulta de la integración de esa pluralidad. Esta visión evita el peligro de una posible dialéctica Estado-Nación o Nación-Estado, porque el núcleo de la sociedad política no es la nación, sino la acción orientada a la promoción del Bien Común.
La sociedad política es fruto de la integración; su condición de existencia es la justicia; requiere el establecimiento de un orden legal y una autoridad política preocupada por el bien de los ciudadanos. El Estado, lo recordamos, es aquella parte de la sociedad política que está especializada en los intereses del todo y llamada a hacer posible que el pluralismo sea fruto de la libre iniciativa individual y comunitaria.
En la sociedad política los hombres se comprometen en una obra común, al tiempo que se abren al mundo de las realidades espirituales y a Dios (PT 45). Así se responde a la emancipación de los pueblos en términos de ejercicio del derecho de autodeterminación en su dimensión interna. Los pueblos se autodeterminan políticamente sobre la base del respeto y la garantía de las libertades y derechos de sus miembros, la elección libre y periódica de sus gobernantes y el ejercicio del derecho de libre participación en la vida pública para la promoción del bien común (PT 75-77). Estos principios expresan las aspiraciones humanas de determinación libre y consciente de la organización formal de la convivencia política y responden a la necesaria satisfacción de las insuficiencias humanas. Este ejercicio de libertad, no es, sin embargo, fruto de la simple voluntad, sino respuesta a la naturaleza humana.
La doctrina sobre las ideologías y el pluralismo de las mediaciones
La otra cuestión es la de las ideologías y los partidos políticos como instrumentos de acción. Como dice la Carta que Pablo VI dirige al Cardenal Roy, Presidente en 1971 de Justicia y Paz, la acción política de los cristianos en la construcción de la sociedad política sobre los principios de la igualdad y la participación es fundamentalmente acción y no ideología (OA 24-25) Lo explica diciendo:
- La acción debe apoyarse en un proyecto de sociedad coherente en sus medios y aspiraciones e inspirarse en una concepción integral del hombre.
- La ideología, identificada con convicciones últimas sobre la naturaleza y el fin del hombre y la sociedad, no puede imponerse ni por el Estado, ni por los partidos políticos. Si así fuere podrían conducir a una dictadura de los espíritus al absorber una tarea propia de los grupos religiosos y culturales.
Las ideologías como cuerpos cerrados de doctrina se convierten en los años 60 y 70 en expresión de un ambiente cultural en el que priman las certezas que no requieren demostración, sino adhesión. Es lo que el politólogo G. Sartori ha definido como el hombre ideológico que no necesita discernir porque la autoridad le asegura la verdad de sus propuestas. En este sentido, Pablo VI señalaba la diferencia entre acción política, proyectos de sociedad y convicciones últimas. Así mismo, su crítica iba dirigida al partido cosmovisión que, ya sea desde una cosmovisión atea o religiosa, exige sumisión a sus miembros.