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2.2 Osarios

Los hallazgos de huesos y cráneos humanos destrozados, ya desde el Paleolítico Inferior, evidencian que la práctica del canibalismo se hallaba muy extendida en la Prehistoria.

Se han realizado descubrimientos tan sorprendentes como el de cráneos, la mayoría de mujeres y niños, que corresponden a cabezas que habían sido separadas del tronco con cuchillos de pedernal, amontonadas en un mismo lugar, sumergidas en polvo rojizo y colocadas mirando en una misma dirección: el Oeste.

Diferente significado tienen los depósitos de huesos animales (concretamente, osos), cuya disposición revela una intención distinta de la de servirse de estos animales simplemente como comida.

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