Las más antiguas, pertenecientes al Paleolítico Medio, han sido encontradas en Asia Central. Se puede observar que los restos humanos han sido colocados con cuidado, quizá siguiendo un ritual: los residuos de polen o fósiles vegetales parecen indicar que se han utilizado ramas, flores, etc. para colocar o adornar los cadáveres.
Más recientes son las tumbas descubiertas en Europa Occidental. Llama la atención en ellas una serie de características:
- Se trata generalmente de tumbas individuales.
- Situadas en el mismo lugar donde se habita.
- El cadáver no ha sido arrojado sin más, sino colocado, con una disposición especial, por ejemplo:
- orientado hacia el Este o el Oeste,
- en posición de dormido o fetal,
- con especial atención al cráneo (rodeado de piedras, o reposando en una piedra a modo de almohada...),
- a veces, el cadáver está atado o boca abajo.
- En ocasiones hallamos junto al cadáver objetos de adorno, armas o restos de animales. Destaca especialmente la presencia de conchas de moluscos, incluso en lugares alejados de la costa.
- Es también muy frecuente la utilización de tierra o polvo de color rojizo.