Se trata de un fenómeno prácticamente universal, presente en todas las religiones. Señala, de una forma visible y palpable, el paso de un individuo desde una existencia «natural» o profana a otra forma de existencia que tiene algo de sagrado.
Los ritos de iniciación aparecen en todas las religiones primitivas y perduran en las grandes religiones (por ejemplo, bautismo y confirmación en el cristianismo, circuncisión entre los judíos y musulmanes, etc.).