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Los ritos de iniciación en las religiones primitivas

En las religiones primitivas destacan los llamados ritos de pubertad, que señalan el paso de la niñez a la edad adulta.

Como elementos comunes de estos ritos de iniciación podemos señalar:

a)   El adolescente se separa de la que ha sido hasta ahora su familia y se retira, junto con otros adolescentes, a un lugar solitario (bosque, desierto...).

b)   Vive una representación de la propia muerte, en la que puede imitar la posición, quietud, silencio o aspecto de un cadáver, o ser tragado por un monstruo, o sufrir una pequeña mutilación (dedo, diente, prepucio, lóbulo de la oreja...), etc.

c)    La representación de la muerte es seguida por la del nuevo nacimiento o resurrección.

d)    Esta doble representación, de muerte y renacimiento, se realiza imitando un modelo divino (dios que lucha contra un monstruo, o que baja al infierno y luego regresa, etc.).

e)    Los adolescentes «muertos y renacidos» son destinatarios de la revelación de un secreto, que se comprometen a guardar hasta que, a su vez, tengan que revelarlo a una nueva generación; así mismo, reciben algún objeto que simboliza su condición de iniciados (piedra sagrada, prenda, arma...).

Tras este ritual, el adolescente deja de vivir como un niño y asume las responsabilidades propias de la vida adulta.

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