Las ideas sobre el más allá de judíos, cristianos y musulmanes están, en esencia, contenidas ya en el mito del que acabamos de hablar. Son las siguientes:
- Cada persona es juzgada por Dios, bien inmediatamente después de su muerte (juicio individual), bien al final de los tiempos (juicio universal o final). A veces se admiten ambos juicios, otras veces sin embargo se piensa que los muertos «duermen» sin sentir placer ni dolor hasta el último día.
- El hecho decisivo de este «último día» es la resurrección de los muertos, no sólo una inmortalidad del alma, sino una «nueva vida» para alma y cuerpo.
- La salvación y condena en el juicio final son definitivas. Los salvados habitarán el paraíso, situado imaginativamente en el cielo, mientras que los condenados irán al infierno, debajo de la tierra. Ambos, cielo e infierno, son eternos.
- Puede admitirse también un estado intermedio entre cielo e infierno, el purgatorio, especie de infierno temporal donde se purifican los culpables de faltas menores, que no impiden su salvación definitiva.