Las explicaciones religiosas acerca del mal se dividen en dos grupos:
- Para unas el mal existe desde el mismo momento de la creación, bien sea por la misma materia de que estamos hechos, bien porque el creador no supo, no pudo o no quiso hacerlo mejor. Estas explicaciones están recogidas en los puntos a, b y c.
- En otras explicaciones el mal aparece más tarde, como consecuencia de una elección libre (punto d).
a) Los hombres fuimos creados de una mala materia
Incluimos aquí el mito órfico (hombres creados de las cenizas de los Titanes) y el mito babilónico (figura humana modelada de arcilla con sangre del dios-monstruo Kingu), de los que ya hemos hablado en la Unidad anterior.
b) Los dioses llevaron a cabo una creación imperfecta
Esta idea está presente en los mitos americanos de las creaciones sucesivas: los dioses van ensayando distintas formas de humanidad hasta que finalmente se quedan con una.
Si los dioses necesitaron varios intentos para llegar a un resultado (más o menos) satisfactorio, fue porque no supieron hacerlo mejor desde el principio, lo que nos lleva a pensar que tal vez no sean tan perfectos como creemos.
Un punto de vista similar aparece en muchos mitos del diluvio, incluido el bíblico, en que el dios creador aparece como arrepentido de su obra y se propone destruirla.
c) El mundo y el hombre son producto de un dios inferior o malo
El maniqueísmo fue una secta religiosa de gran vigor entre los siglos III y V d. C. Posteriormente fue perdiendo importancia, aunque sus ideas perduraron en grupos religiosos minoritarios.
Se trata de una mezcla de elementos cristianos y zoroástricos, en la que se plantea la eterna batalla entre Bien y Mal, encarnados en dos dioses: el Padre de la Grandeza y el Príncipe de la Oscuridad.
La materia es el principio del mal, que intenta tragarse al principio positivo (la Luz). El mundo y el hombre están hechos de materia, aunque el hombre contiene también una partícula de luz (alma), y puede salvarse si libera esa luz renunciando a la materia, el cuerpo, la sexualidad y la procreación.
En otras creencias próximas al maniqueísmo, el mundo material es imperfecto por ser la obra de un dios o semidiós inferior.
d) El hombre elige libremente el mal
La última explicación, presente en la tradición judeocristiana, se basa en la libertad humana: el mal procede de una elección realizada por los hombres que no era la única posible, por lo que son responsables de esta elección y deben aceptar sus consecuencias.
A esta explicación básica puede añadirse o no la existencia de otros seres que inducen al mal (Satanás y otros demonios), engañando al hombre para que elija lo que no debe, pero esto en realidad no soluciona, sino que plantea de nuevo el mismo problema: ¿por qué son malos estos otros seres?