CONFIRMACIÓN
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En la Iglesia Católica se celebra el sacramento de la confirmación cuando los bautizados llegan a la vida adulta, en el sentido de asumir su compromiso de cristianos. En este momento reciben el Espíritu Santo que les permitirá dar testimonio como cristianos en la sociedad. La confirmación se administra a los que han sido bautizados. Los padrinos de la confirmación son los que presentan al que se ha de confirmar delante del obispo, que es el ministro de este sacramento. Cuando los que se quieren confirmar han sido presentados al obispo, y después de la profesión de fe, el obispo les impone las manos, gesto que en el Nuevo Testamento significa la elección para una responsabilidad dentro de la comunidad, mientras recita una oración en la cual pide que el Espíritu Santo baje sobre ellos. Seguidamente, el obispo moja su dedo pulgar en el crisma y hace la señal de la cruz en la frente de los confirmandos mientras pronuncia estas palabras: «Por esta señal recibe el don del Espíritu Santo». Por el bautismo, el cristiano nace a la fe. En el sacramento de la confirmación celebra el crecimiento de esta fe por la acción del Espíritu Santo. Se le invita a dar testimonio de la fe cristiana, a proclamar a toda la gente el mensaje de Jesús y a colaborar con la Iglesia. |
Jesús prometió a sus discípulos que les enviaría el Espíritu Santo para que les diera fuerza y energía en el trabajo de la difusión de la Buena Nueva. Este Espíritu lo recibieron durante la fiesta de Pentecostés.