POSTURA DE JESÚS ANTE LAS RIQUEZAS
Jesús vivía en una sociedad en la que existían grandes diferencias de clases: mientras unos vivían en la abundancia, otros estaban privados de lo necesario. Entre las autoridades figuraban también los ricos, tanto los ancianos, representantes de las familias más pudientes, como los saduceos, representantes de la aristocracia sacerdotal. Para ellos no existían situaciones de injusticia: Cada cual tenía lo que Dios le había dado, lo que se merecía. Ellos se consideraban privilegiados de Dios, amigos suyos y protectores de sus leyes, y despreciaban a los pobres pecadores que no conocían ni cumplían la ley de Dios. ¿Cómo reaccionó Jesús ante ellos? - Les hizo ver que habían desfigurado el rostro de Dios, presentándolo con sus propios defectos: un Dios vacío de amor, interesado por el poder y el orden establecido, enemigo de los débiles y amigo de los poderosos. Confundían a Dios con el dinero y con el poder y "no se puede servir a Dios y al dinero" (Lc. 16,13). - Les hizo ver que no tenían corazón al ver a la gente con hambre y no compadecerse: "Ay de vosotros los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo" (Lc 18,25). - Les hizo ver el peligro de esclavitud que encierran las riquezas, impidiendo amar y ser libre para el Reino de Dios: "Es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el Reino de los Cielos." (Lc 18, 25). - Les apremió a compartir sus bienes con los pobres, mostrándoles el juicio de Dios a través de la parábola del pobre Lázaro y del rico Epulón (Lc 16,19-31). |