Manifestaciones pseudoreligiosas
Cuándo, cómo y dónde nace la religión
Elementos que integran una religión
Expresiones de la experiencia religiosa
La experiencia religiosa, fruto del encuentro entre el hombre y el Misterio, se vive y se expresa a través de palabras, gestos, acciones, comportamientos... Todos ellos son expresiones simbólicas es decir, para entenderlos tenemos que mirar a la realidad que simbolizan.
El Mito, es un relato, generalmente dramático, situado en un pasado remonto que tiene por finalidad explicar la razón de lo que existe (el por qué y para qué) en relación con el Misterio Ultimo. Los hay de diversa índole: Teogonías, cosmogonías, cosmológicos, antropológicos, escatológicos...
Si nos quedamos en la letra, el mito es ficción, pues lo que narra no ha acontecido nunca. Pero si atendemos al significado del mito vemos que es real, describe la realidad de la vida del hombre y proclama la verdad de esa realidad. Por eso el mito es un relato con el que el hombre se identifica siempre pues en él ve reflejada su existencia. El mito es el arquetipo de la existencia. Además el mito no es una expresión primitiva, el hombre actual sigue produciendo mitos... personajes, historias con las que el hombre de hoy se identifica porque ve reflejado en ellas el sentido o el ideal de su vida. Por ello perdura hoy coexistiendo con otras formas más conceptuales de expresión de sentido.
El Rito Es el conjunto de acciones y gestos que exteriorizan el mito y que sirven de medio para que el hombre se identifique con él y lo reviva en su historia.
Rito y mito aparecen íntimamente unidos: El mito es la palabra sagrada y el rito la acción que la hace presente aquí y ahora. O bien, al revés, el rito es la acción sagrada y el mito la acción que la explica y la motiva (ej. la creación en 7 días). El mito expresa en palabras el mundo de lo trascendente y el rito lo hace presente, así, mediante el rito, el hombre religioso transporta la propia acción y vida al ámbito de lo sobrenatural. El hombre religioso cree en la eficacia de los ritos no porque se trate de una acción mágica, sino porque son el lugar del encuentro con lo trascendente y, en definitiva, con el sentido de la existencia.
La Oración es la palabra por la que el hombre religioso eleva su mente, su corazón y todo su ser hacia el Misterio Ultimo en una alabanza, una súplica e incluso a veces en una queja. Es el reconocimiento más patente del hombre religioso de que toda su existencia está referida al Misterio Último. Brota de un sentimiento de dependencia pero su lenguaje es siempre más cercano al del amor y la poesía que al del miedo. Por supuesto es muy diferente la oración religiosa que el conjuro mágico.
Leyes de pureza son normas de prohibición (tabú, prohibición de lo impuro) o de purificación (adquisición de la pureza) que expresan la necesidad de presentarse incontaminado y digno ante el Misterio Último.
Tabú es una palabra indonesia que significa "aislado", "prohibido" y es o se convierte en tabú toda persona, cosa o acción que aparezca poseída de una fuerza de naturaleza más o menos incierta, sea de forma permanente o transitoria, se evita su contacto para no ser contaminados "impuros, aislados" y perder la capacidad de relación, incluso con el Misterio Último, ya que lo divino es soberanamente puro, incontaminado, Santo.
Paralelamente al tabú encontramos las leyes de pureza ritual para readquirir la pureza requerida en el hombre:
Todas las leyes morales y de conducta con el prójimo de las religiones podrían tener aquí su fundamento: es la necesidad de presentarse puro ante la divinidad. "Sed santos, porque Yo, Yavé, vuestro Dios, soy Santo" Lv.19,2.
Igualmente, el lenguaje racional complementa al simbólico en el intento de conceptualización del Misterio, surgiendo así las teorías (dogmas, catecismos, credos...) o teologías en las distintas religiones.
Los ritos dan paso a las "liturgias": el culto oficial.
En cuanto que la experiencia religiosa se vive en grupo, éste tiende a organizarse generando una estructura organizada.
Así, hoy, podemos distinguir unas religiones de otras, no porque crean en el Misterio Último o en una Realidad Trascendente, sino por cómo lo conceptualizan (doctrina), como lo viven o celebran (culto), como lo llevan a sus vidas (moral) o cómo se organizan (estructuras).