Manifestaciones pseudoreligiosas
Cuándo, cómo y dónde nace la religión
Elementos que integran una religión
Expresiones de la experiencia religiosa
Muchas son las definiciones que se han dado de religión. Vamos a tomar una de ellas:
"Es el hecho humano específico que tiene su origen en el reconocimiento por parte del hombre de una realidad suprema, la cual confiere sentido último a la propia existencia, al conjunto de la realidad y al curso de la historia.
J. G. CAFFARENA y J. M. VELASCO,
Filosofía de la religión,
Ed. Revista de Occidente, Madrid 1973, p. 184
Analicemos cada uno de estos elementos:
Esta definición de religión abarca a las religiones de todos los tiempos. Con todo, la forma de concebir la realidad suprema y de relacionarse con ella, el sentido que se da a la vida, la interpretación de la historia..., matizan o diferencian claramente unas de otras y dan personalidad propia a los miembros de las mismas.
Los textos que transcribimos a continuación nos hacen descubrir el error de imaginar que la actitud religiosa tiene que ver únicamente con aspectos intelectuales de la persona. Al contrario, el creyente empeña toda su vida y todo lo que es en su fe.
"Alguien preguntó al señor Keuner si Dios existe. Y él le respondió: Yo te aconsejo que pienses si tu comportamiento cambiaría según la respuesta que diésemos a esta cuestión. Si no cambiase, podríamos prescindir de la respuesta. Pero si cambiase, yo puedo por lo menos ayudarte diciéndote que tú ya te has decidido: tú necesitas un Dios."
B. BRETCFI, Historias del Sr. Keuner, Obras Completas, Vol. 12, Francfort 1967, p. 380.
"Dios no se contenta con satisfacer nuestras exigencias intelectuales suponiendo que lo haga. En cuanto que es Dios tiene que guiar y transformar el corazón. Tiene que manifestarse en los actos más pequeños de sus devotos. Y esto no es posible más que si lo captamos de una forma mucho más real que por medio de nuestros cinco sentidos... La prueba de que uno experimenta dentro de sí mismo a Dios, no procede de una experiencia extraña a nosotros, sino de una transformación de nuestra conducta y nuestro carácter. El testimonio se nos da por la experiencia vivida de una línea ininterrumpida de sabios y profetas pertenecientes a todos los países. Rechazar este dato tan cierto, sería renegar de sí mismo."
M. GANDHI, Todos los hombres son hermanos, Atenas, Madrid 1975, p. 90.