El reino de Dios: la misericordia y la conversión:

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Los gestos perdonadores de Jesús

 

zaqueoJesús no tiene sólo palabras de amor a los pecadores; hay también en su vida numerosos gestos de misericordia. La conversación con la samaritana, mujer de cinco maridos, el hospedarse en casa del publicano Zaqueo, dejar que le lave y perfume los pies una mujer de mala vida, perdonar los pecados al paralítico, o ponerse en contra de la condenación de la adúltera, son signos claros de que el reino de Dios lleva consigo el ofrecimiento de la gracia.

Queda otro gesto al que no damos tanta importancia los hombres de Occidente, pero que tiene enorme carga significativa para los contemporáneos de Jesús. Es el hecho de sentarse a la mesa con los Jesús comnparte mesa con los pecadorespecadores. El que Jesús comiera a menudo con los alejados de Dios no es sólo señal de humanidad y condescendencia. Es el signo más elocuente de la reconciliación. En la mentalidad oriental, en medio de la cual vive Jesús, admitir a alguien a comer con él significa concederle la benevolencia y la amistad. Si Jesús se hace comensal de los hombres pecadores, y de esto le acusaron sus enemigos, quiere decir con ello que los perdona sin reservas y los considera ya como amigos.

La barrera que se había levantado entre Dios y sus ofensores ha sido derribada; el reino de Dios hace posible la íntima comunión entre las dos orillas.

Dios perdona siempre

 

 

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