JESÚS

 

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El falso proceso, o el juicio ilegal

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Maniatado, Jesús es conducido a casa de Anás (Jn 18,13), sujeto de gran influencia, suegro del sumo sacerdote Caifás. Esta comparecencia no es legal. “A plena luz del día he hablado a la gente… ¿por qué me preguntas?” (Jn 18,20-21). Al alba, es conducido a Caifás. Caifás Éste le pregunta: “¿Eres tú el Cristo, el Hijo de Dios…?"; Jesús responde: “Sí, yo soy. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo en las nubes del cielo” (Mc 14,61-62). Por este motivo y por haber condenado al Templo a la abominación y la destrucción, hay que condenarlo a muerte.

Jesús ante Pilatoa

Después es remitido a Poncio Pilato, el procurador romano, quien le interroga en el pretorio: “¿Eres tú el rey de los judíos?”; Jesús responde: “Tú lo dices” (Mt 27,2; Mc 15,2; Lc 23,3) y añade: “Mi reino no es de este mundo” (Jn 18,36). HERODES Pilato presenta al prisionero a la turba sin emitir sentencia: “He aquí al hombre” (ecce homo) (Jn 19,5). Pero la gente quiere su condena y Jesús es transferido a Herodes Antipas quien, como quien no quiere la cosa, reenvía al prisionero a Pilato, mostrando su sumisión al poder de Roma y dando satisfacción a los judíos que pedían su muerte.

ecce homo

Todavía, Pilatos pregunta a la gente con ocasión de la fiesta de la Pascua quién ha de ser liberado, si Jesús o Barrabás, un sedicioso asesino. Bajo la presión de los sumos sacerdotes que le recuerdan: “Nosotros tenemos una ley y según esa ley éste tiene que morir porque se hace Hijo de Dios”. “El que se hace rey se opone al César” y: “¡No tenemos más rey que el César!”  (Jn 19,7.12.15).Pilatos se lava las manos Pilato se “lava las manos” y abandona a Jesús a la turba que le vilipendia, le escupe, le flagela y le corona como rey de pacotilla. Se le condena a la crucifixión bajo esta acusación: “Jesús Nazareno, rey de los judíos” (INRI) (Jn 19,19). Esta condena, típicamente romana, refuerza la responsabilidad de Pilatos en este asunto, si bien, los auténticos artífices de la condena son el sumo sacerdote y la casta sacerdotal.

La cruz, patíbulo reservado en la antigüedad a los esclavos; es el único ejemplo en el que un instrumento de suplicio se convierte en signo de reconocimiento y en un símbolo de fe para millones de personas de todas las razas y orígenes. El misterio de la cruz es el misterio de la redención de los hombres por la muerte de Jesús. Cruz gloriosa “por este signo tú vencerás” (al mal).

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