JESÚS

 

« Anterior | Siguiente »

 

Los milagros, signos de compasión y de amor

La predicación de Jesús dura tres años, salteada de milagros. El milagro está arraigado en la cultura judía y en la de los pueblos mediterráneos desde la más remota antigüedad. No obstante, Jesús los reserva a los enfermos, los discapacitados, los humildes, los pecadores… porque la enfermedad física y la moral se asimilaban al pecado y a la impureza.

un milagro

Jesús los realiza incluso a su pesar: “Qué quieres que haga por ti…”  (Mc 10,51; Lc 18,41).

Jesús es reticente y crítico hacia aquellos que reclaman “signos”: “Gente de poca fe…” (Mt 16,8).

Jesús perdona los pecados sin respetar los ritos de purificación impuestos por el Templo y además arrogándose el poder de Dios de perdonar los pecados (Mc 2,1-12).

Los milagros son así signos del reino; correlación en los hechos de lo que Jesús está predicando con la palabra y el ejemplo.

« Anterior | Siguiente »