Finalmente, la religión se llena de contenido ético, coincidiendo prácticamente todas las religiones que han llegado a este estado en lo que se consideran principios fundamentales de conducta:
- La regla de oro, que, bien en su formulación positiva («trata a los demás como quieras que te traten») o negativa («no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti»), aparece en todas las grandes religiones: judaísmo, cristianismo, islam, budismo, hinduismo, confucianismo...
- El universalismo (igualdad fundamental de todos los hombres, independientemente de su nación, raza o cultura), contrario a las divisiones y exclusiones entre los hombres.
- La atención al espíritu, frente a la mentalidad exclusivamente económica y utilitaria.
- El cuidado a los pobres, enfermos, ancianos y, en general, excluidos de la vida social.
- La preocupación por la paz y la justicia como valores que deben orientar la vida de los creyentes
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