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JESÚS EN GALILEA: UN ACONTECIMIENTO POPULAR

Jesús comienza su misión en Galilea, anun­ciando el Reino de Dios. Su lenguaje es senci­llo: es el lenguaje del pueblo. Predica en las si­nagogas, en las plazas, en la orilla del lago, por los caminos y en la montaña. 

Le sigue toda clase de gentes: hombres del pueblo, mujeres y niños, publicanos y pecado­res, pobres y desvalidos. A todos les dice que el Reino de Dios ya ha llegado y realiza signos de liberación y acogida, signos de salvación y ale­gría, los signos del Reino. 

Muy pronto se hace acontecimiento y noti­cia; la gente se agolpa para verle y escucharle; despierta expectación y esperanza. Su fama trasciende los límites de la región. 

Algunos le siguen a todas partes y se hacen discípulos suyos. En el ambiente popular cre­ce la esperanza de que Jesús restaurará la suer­te de Israel; pero muchos piensan en una res­tauración política; incluso entre sus discípulos hay quienes sueñan en un futuro político. ¿Responderá Jesús a estas expectativas?

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