2 El Concilio Vaticano IILa idea de un Concilio no era nueva. Pío IX ya pensó en reanudar el Vaticano I interrumpido en 1870. Y Pío XII, por su parte, insistió en la misma idea. El Concilio Vaticano II, finalmente convocado por Juan XXIII, se dividió en cuatro sesiones y duró de 1962 a 1965. Fue inaugurado con asistencia de unos 2500 obispos venidos de todo el mundo (ésta será ya una nota distintiva: el gran número de obispos y el peso de las iglesias jóvenes). A la luz del pensamiento de Juan XXIII podemos deducir que su propósito, al convocar el Concilio, pasaba por un "aggiornamento" necesario para la Iglesia abriéndose al mundo, un empeño en la unidad de los cristianos, y una contribución a la paz mundial. El talante dialogante del Concilio, superando el centralismo romano y abierto a los signos de los tiempos, quedó patente en su discurso inaugural. En él Juan XXIII puso en guardia a los obispos ante la tentación de multiplicar las condenaciones y recordaba la perspectiva dialogante y pastoral que debía tener este Concilio. Entendía que el Concilio no debía repetir la teología tradicional y condenar errores sino exponer en términos modernos la doctrina de siempre de la Iglesia. Pablo VI recogió este testigo. Y en el discurso inaugural de la segunda sesión confirmó su deseo de que este Concilio fuera un puente tendido entre la Iglesia y el mundo contemporáneo. Por todo esto el Vaticano II es un Concilio único y trascendental. Único por ser un Concilio netamente pastoral, por el número de obispos la mayoría de los cuales no son europeos, por admitir observadores laicos, por admitir observadores de otras Iglesias. Y, trascendental por acometer, sin ninguna actitud defensiva, el riesgo de dialogar con el mundo secularizado, sin miedo a reconocer los propios errores históricos y con la audacia de imaginar el futuro siendo fieles a Cristo y la Buena Noticia. El Vaticano II recoge una serie de inquietudes y movimientos de renovación de la Iglesia que surgen ya a finales del siglo pasado, como los señalados anteriormente. En la Iglesia del Vaticano II Se acentúan diversos aspectos: - El concepto de Iglesia como Pueblo de Dios y Cuerpo Místico
de Cristo, en la que todos los bautizados tienen un papel que cumplir. El Concilio Vaticano II fue, en frase feliz de Juan XXIII, una ventana abierta para que entrara aire fresco en la Iglesia. |
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