El País, viernes 24 de junio de 2005. ESPAÑA
Los obispos exigen al Gobierno que la religión sea una asignatura "fundamental".
La primera reunión de la comisión mixta aplaza el debate de fondo a futuras sesiones.
JUAN G. BEDOYA - Madrid
De Estado a Estado. El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y
arzobispo primado de Toledo, Antonio Cañizares, dijo ayer que su presencia,
junto a otros tres eclesiásticos, en la primera reunión con el Gobierno para
negociar el estatus de la religión en la escuela pública fue a título de
"delegado" del Vaticano. "Hoy íbamos como representantes de la Santa Sede",
explicó dos veces. La reunión fue "cordial y exploratoria", según el Ministerio
de Educación. Los obispos insistieron en que la libertad de enseñanza sufre
"concretas dificultades" en España, y pidieron que la religión sea una
asignatura fundamental, como las matemáticas. "No puede ser infravalorada",
advirtió Cañizares.
La ministra de Educación, María Jesús San Segundo, encabezó la delegación del
Gobierno en la reunión constitutiva de la Comisión Mixta Estado-Iglesia sobre
cuestiones de enseñanza y compareció ante los periodistas poco después de
concluir el acto. Los obispos, representados por Cañizares, prefirieron hacerlo
dos horas más tarde (a las 14.20) y a varios kilómetros del ministerio, en la
sede de la Conferencia Episcopal conocida como Casa de la Iglesia, en la calle
de Añastro. La reunión fue "cordial y exploratoria", dijo San Segundo. "Es
difícil no estar de acuerdo en los principios", aunque es previsible que los
obispos tengan otras opiniones "sobre cuestiones de detalle", añadió.
El vicepresidente de los prelados, en cambio, no se anduvo con miramientos
cuando compareció ante la prensa para leer un comunicado de 50 líneas. "Hemos
expuesto nuestras preocupaciones por la educación española en general, por las
concretas dificultades que genera el anteproyecto de Ley Orgánica de Educación
en lo que se refiere a la escuela de iniciativa social, la libertad de
enseñanza, la nueva materia de Educación para la Ciudadanía y las necesarias
concreciones al contenido de la disposición adicional segunda sobre la enseñanza
de la religión y sus profesores", dijo.
A por la manifestación
En todos esos puntos, los obispos apoyarán -así se lo dijeron a la ministra-
"las enmiendas presentadas por las instituciones que defienden la libertad de
enseñanza", en clara alusión a lo planteado por la Confederación Católica de
Padres (Concapa) en el Consejo Escolar del Estado. Esta organización prepara ya
una manifestación en Madrid contra las reformas educativas socialistas si
finalmente se mantiene el actual anteproyecto de ley, y no se descarta que los
obispos ofrezcan su apoyo a esa iniciativa, como hicieron el sábado pasado con
la manifestación del Foro de la Familia contra los matrimonios gays.
El arzobispo Cañizares también sostuvo que la reunión de ayer se había
desarrollado "con cordialidad y respeto", aunque sin resultados concretos. "Se
ha acordado continuar el diálogo en el mes de julio para concretar el desarrollo
de la ley en cuanto a la enseñanza religiosa y al estatuto jurídico de los
profesores", dijo. Inmediatamente, el prelado expuso las exigencias de su
Iglesia poniendo sobre la mesa los acuerdos firmados en Roma en 1979 por los
ministros de Exteriores de España y del Estado de la Santa Sede. "Para que la
enseñanza de la religión se dé con las garantías mínimas debe ser equiparada a
disciplina fundamental, según establece el mencionado acuerdo internacional, es
decir, debe impartirse con las mismas condiciones académicas y didácticas que el
resto de las áreas. Todo lo cual supone que las autoridades académicas habrán de
adoptar las medidas oportunas para que el hecho de recibir o no recibir la
enseñanza religiosa no suponga discriminación alguna en la actividad escolar",
explicó el arzobispo primado de Toledo. Los prelados piden, en definitiva,
volver a lo que les concedió el Gobierno del PP mediante la Ley Orgánica de
Calidad de la Educación (LOCE), cuya aplicación fue paralizada por los
socialistas nada más llegar al poder hace apenas un año.
La ministra San Segundo había insistido antes en que "lo más eficiente y
sensato" es que la futura Ley Orgánica de Educación recoja "principios
generales" y que los detalles de la regulación de la enseñanza confesional se
concreten en desarrollos normativos posteriores, ya en 2006. Se refirió en
concreto a la posible asignatura alternativa a la religión, que los obispos
también quieren condicionar. El actual anteproyecto legislativo sólo recoge que
la religión sea de oferta obligatoria para los centros y de opción voluntaria
para las familias.
Tampoco se habló ayer del polémico estatuto jurídico de los profesores de
catolicismo, un asunto en el que los obispos cosechan cada año decenas de
reproches judiciales por despidos nulos o improcedentes. Sin embargo, la
ministra de Educación dijo en la conferencia de prensa que hay que "avanzar" en
la mejora de la situación de ese profesorado, adecuándola a la legislación
laboral y a los principios constitucionales para reducir "al mínimo el grado de
conflictividad actual". Desde 1998, los docentes de religión son contratados y
pagados por el Estado, pero seleccionados por los obispos para cada curso
escolar. El ministro de Educación que pactó ese acuerdo con los prelados fue el
actual líder del PP, Mariano Rajoy.