Los obispos también han criticado al Gobierno socialista por el Real Decreto de 1 de junio que modifica la relación laboral de los profesores de religión en la escuela pública, contratados y pagados por el Estado, pero seleccionados por el episcopado para cada curso escolar. Les preocupa, sobre todo, que esos docentes queden amparados ahora por el Estatuto de los Trabajadores, "sin reconocer satisfactoriamente el carácter específico de su trabajo, derivado de la misión canónica que les encomienda la enseñanza de la religión".

Ayer les replicó uno de los sindicatos del sector, la Unión Sindical Independiente de Trabajadores Empleados Públicos (USIT-EP) . Dijo en un extenso comunicado: "Nos sorprende la afirmación [de los obispos] sobre el esfuerzo que no han escatimado para mejorar el estatuto laboral y económico de los profesores de religión, cuando de todos es sabido que los avances en este campo se han realizado a través de sentencias de los tribunales: desde la homologación retributiva y la Seguridad Social por cuenta ajena en infantil y primaria, refrendada posteriormente por Convenios, hasta la posibilidad de pertenecer y actuar en sindicatos en defensa de los intereses del colectivo".