El magisterio en la Iglesia Católica |
Aunque todos los hombres tienen obligaciones de cara a los demás, no todos tienen un encargo que realizar frente a una determinada comunidad. Así, en la Iglesia, todos los fieles tienen el deber de testimoniar, defender y difundir la fe. Pero entre ellos hay unos responsables que tienen encomendada por Cristo la tarea del anuncio y la interpretación auténtica de la Palabra de Dios. . Quiénes son estos maestros. Los maestros oficiales de la comunidad cristiana son los sucesores de
Pedro y de los demás Apóstoles, es decir, el papa y los
obispos. Reciben el nombre de "jerarquía", y son
los maestros auténticos; o sea, los que están dotados de
la autoridad de Cristo para enseñar, santificar y gobernar al pueblo
cristiano. En esta tarea cuentan con la colaboración de los sacerdotes,
que representan al propio obispo en cada comunidad local, parroquia o
grupo eclesial. . Cómo se realiza el magisterio.El magisterio del papa y de los obispos, con sus colaboradores los sacerdotes, se realiza ordinariamente en formas distintas: la predicación litúrgica u homilía, la catequesis, las distintas intervenciones en reuniones o asambleas eclesiales diversas... Las principales formas de enseñanza escrita son: los catecismos, o libros usados para la educación de la fe, tanto de los niños como de los adultos, que sintetizan lo fundamental de la fe de la Iglesia sin pretender agotarla; los diversos tipos de documentos del romano pontífice a la Iglesia universal, entre los que destacan las encíclicas, en las que quiere transmitir enseñanzas importantes sobre un tema concreto; las cartas pastorales que cada obispo suele escribir a los fieles de su diócesis. . El magisterio infalible.Decimos que se da magisterio Infalible, es decir, sin posibilidad de equivocarse en la interpretación de la doctrina de Cristo, cuando -bien el papa solo, bien éste con todos los obispos- se propone a la Iglesia universal una doctrina de fe o moral con carácter obligatorio y definitivo. Esta Infalibilidad es un don de Cristo a su Iglesia, y no se basa en un especial mérito o superior inteligencia de las personas, ni tampoco en unos exclusivos canales de inspiración o revelación que tuviera hoy la jerarquía. Es posible gracias a la asistencia del Espíritu Santo prometida por Cristo, que impide que la Iglesia caiga en el error al transmitir o exponer la fe recibida. Goza también de esta propiedad de infalibilidad la Iglesia toda, como conjunto de creyentes con sus pastores. Se llama dogma a aquellas verdades reveladas por Dios que son propuestas como tales por el magisterio de la Iglesia. . Los teólogos. La fe recibida, acogida y vivida, es la misma en todos los miembros
del Pueblo de Cristo. Llamamos teólogos a aquellos que se dedican
al estudio científico de esa fe, tratando metódicamente
de reflexionar, aclarar, desarrollar y sistematizar las verdades reveladas.
Su servicio a la comunidad eclesial es muy notable, porque ayudan a la
mejor comprensión de la doctrina de Cristo en cada época
de la historia. |