"El cristianismo no es una religión cuyo fundamento sea un libro. La revelación divina no se identifica con las Escrituras. Éstas son sólo el testimonio humano de la revelación divina, y en ellas encontramos intactas la humanidad, la autonomía y la condición histórica del autor humano. Yo no creo primero en la Escritura o en la inspiración de la Escritura y, luego, en la verdad del mensaje que transmite. Creo en Dios, que se ha manifestado como libertador de los creyentes en la historia de Israel y finalmente en la persona de Jesús y que está directa y originariamente atestiguado en los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento. Mi fe surge, pues, en la Escritura: ésta me ofrece desde fuera un testimonio original del Dios de Israel y el Dios de Cristo Jesús. Pero mi fe no se basa en la Escritura: el fundamento de mi fe no es el libro como tal, sino ese mismo Dios en Jesús." |
(KÜNG, H.: Ser cristiano, 4ª edición. Edic. Cristiandad. Madrid, 1978, pág. 593.) |