61.
Título.
La India es un país fascinante, de estremecedora vitalidad.
Expresión indescriptible de su riqueza humana es la religión hindú.
El hinduismo es una religión nacional. Sus seguidores se calculan en unos
400 millones. En el país conviven con el hinduismo otras religiones entre
las que sobresalen el budismo al norte y este de la India, y el Islam al oeste.
El cristianismo se sitúa principalmente al sudoeste.
62. Por calles de Bombay.
País de impresionantes contrastes en la tierra,
en los habitantes y en las costumbres. Zonas riquísimas de vegetación
al norte. Aridez en los inmensos territorios del sur. Grandes ciudades con millones
de habitantes: calles muy al estilo europeo donde se mueven toda clase de personas,
vehículos y animales. 63.
Chabolas en Ahmedabah.
Enormes conglomerados de miseria humana. Sólo
la ciudad de Calcuta cuenta con más de 3.000.000 de personas que malviven en tugurios
y unos 400.000 sin techo, que por las calles pululan, duermen y mueren. 64.
Templo hindú (Madrás) El sentido religioso de aquellas gentes
les ha lanzado durante milenios a realizaciones desbordantes tanto en los edificios
religiosos como en el misticismo individual. 65.
Gente india por las calles. La religiosidad hindú está íntimamente
trabada con el hecho social de la división de castas. Hacia el año
dos mil antes de Cristo, los arios, de piel blanca, procedentes del norte, invadieron
el país. Para imponer y asegurar definitivamente su dominio sobre los nativos,
de piel morena, los conquistadores arios se reservaron todas las profesiones influyentes:
sólo ellos podían ser brahmanes, de la nobleza, grandes propietarios
y guerreros, relegando los nativos a los trabajos que consideraban más
bajos, originando así el espíritu de casta. 66.
Rostros hindúes de piel oscura. La palabra correspondiente a "casta"
en la lengua india clásica es "varna", que viene a significar: "color".
En el curso de los siglos la casta dejó paulatinamente de definirse por
el color de la piel, y se convirtió en una fracción social y profesional. 67.
Brahmanes en Delhi A la casta superior pertenecen los brahmanes que ejercen
el poder religioso e intelectual. Disfrutan de enormes privilegios pero tienen
graves obligaciones religiosas: han de dedicarse a la enseñanza de los
escritos religiosos "vedas" y practicar la oración tres veces al día. 68.
Hindú de la casta guerrera con su hijo A la casta de los brahmanes
sigue en importancia la de los koshatriyas. Pertenecen a ella los príncipes,
los ricos terratenientes y la nobleza de las armas. A los príncipes se
les exige dominio propio y noble comportamiento. A los guerreros, vigor corporal
y defensa de los débiles. Aquí tenemos a un guerrero con su hijo
con larga cabellera bien recogida pues en ella radica la energía corporal. 69.
Mercado hindú La tercera de las castas privilegiadas es la de los
vaishyas. Son los comerciantes. Han de ser generosos y nobles. La fe hindú
exige una gran responsabilidad religiosa a los representantes de las tres castas
privilegiadas. Sus faltas son severamente condenadas. 70.
Campesinos hindúes. La última casta es la de los shudras. La
constituye la mayor parte de la población, y sobre ella pesan todos los
trabajos manuales. Es la casta de los artesanos, labradores, obreros... Los
shudras están divididos en más de 3.000 subcastas diversas según
las profesiones. Como, por ejemplo, la de los campesinos. La casta, cuya pertenencia
se hereda por nacimiento, lo determina todo: la profesión a ejercer, la
clase de persona con quien casarse, el alimento: qué han de comer, cómo
y dónde. Cada casta se encierra en sí misma de forma que no se tratan
entre sí personas de castas diversas. 71.
Gente humilde. Excluidos de toda casta y de la comunidad hindú están
los parias, es decir, los intocables, cuya cifra global asciende a 60 millones.
Los parias, despreciados, olvidados, obligados a vivir fuera de las poblaciones,
apenas si son considerados aptos para los trabajos más penosos.
72.
Mujeres pobres. Para los hindúes creyentes, la casta no es un hecho
social o económico, sino el resultado de una reencarnación. Se nace
dentro de una casta, superior o inferior, o bien como paria, o como un animal,
según la conducta que se ha observado en la existencia anterior. En la
próxima vida la persona volverá a nacer en una casta alta o baja,
o como animal, según sea la conducta en la vida presente.
73.
Hindúes orando y visitando un templo de Kangra. Para entender algo
de la vida de la India hemos de ocuparnos necesariamente de la religión,
que juega allí, como en ningún otro país, un papel determinante
en la vida privada y social de las gentes. 74.
Iniciación a la lectura de los Vedas Comencemos remontándonos
a las antiguas fuentes religiosas del hinduismo. Mucho antes de la llegada de
los arios, ya existían Sabios en las llanuras del Ganges que cantaban himnos:
eran los Vedas. Según la tradición hindú los Vedas cantaban
sus himnos «inspirados por el hálito divino». De generación en generación
los escritos vedas han llegado a nuestro tiempo. De aquellos himnos y de las sabias
sentencias posteriores se derivó la religión india: el hinduismo. 75.
Templo de Laksmana (Khajuraho). A primera vista el hinduismo se presenta como
una religión muy fácil. Ciertamente hay templos magníficos,
pero en el hinduismo no existe ninguna clase de organización jerárquica,
ninguna ceremonia expresamente mandada, ninguna revelación de Dios, ninguna
doctrina obligatoria de fe. Pero en la práctica el hinduismo es muy complicado,
lleno de contradicciones, y para nosotros resulta casi incomprensible. 76.
Hindú adorando a Brahma. Se habla, por una parte, de una sola divinidad
central: Brahma, el Ser-UnicoTotal. Es el alma del mundo tal como dicen las
antiguas sentencias: " Tú, Brahma, eres mujer, tú eres hombre.
Tú eres la abeja de color azul oscuro. Tú, el papagayo verde
de pupilas rojas. Tú tienes la mirada de un niño. Tú
tienes los siglos y eres el mar . Tú todo lo penetras, estás
presente en todo lugar. Todo lo que existe, de ti ha nacido». Otra
sentencia dice: "Si nosotros no vemos sobre la multitud de las formas al Ser-Único
de toda la vida, somos víctimas de nuestra ignorancia y nos engañamos". 77.
Templo de Khajuraho (detalle). Pero, por otra parte, hay unos 300 millones
de dioses venerados por los hindúes. Como en todas las religiones primitivas,
en la India hubo antiguamente divinidades que representaban las fuerzas de la
naturaleza: existía un dios sol, un dios lluvia, un dios fuego, un dios
viento. . . A los dioses de la naturaleza los hindúes fueron añadiendo
innumerables divinidades de los antepasados, dioses familiares... 78.
«Trimurti» Brahma con Shiva y Vishnú (Camboya). En medio de esta multitud
anárquica de divinidades los hindúes intuyeron la preponderancia
del dios promotor del orden en el universo. El politeísmo ya no podía
contentar a los sabios y así estos comenzaron a explicar que la naturaleza
y la diversidad de fuerzas provenían de una fuerza común. Dicen
los Vedas: "Solo existe una Realidad, aunque los sabios la llamen con diversos
nombres". Realidad que recibe el nombre de Brahma. Es difícil
encontrar una estatua de Brahma. Aquí tenemos el "trimurti" con las tres
cabezas: Brahma y sus dos expresiones: Shiva y Vishnú. 79.
Hombre santo hindú en Benarés. "Entonces podremos estar salvados
cuando tengamos claro que el Tú y el Yo son ilusiones, que nosotros y todo
el resto del mundo somos parte de un Dios. Cuando nosotros nos hayamos encontrado
a nosotros mismos o hayamos hallado a Dios en nosotros, entonces nos fusionaremos
de nuevo con Brahma en quien, igual como nuestro Yo, todas las personalidades
se fusionan como los ríos en el mar". 80.
Trimurti en las cuevas de Elefanta ( Bombay ) Cuando contemplamos la religión
popular hindú nos parece como si hubiera sido olvidada. La mayoría
de los hindúes adoran los dioses de la familia y del pueblo, y al mismo
tiempo las dos grandes divinidades Vishnú y Shiva. Una representación
muy popular es la ya indicada "Trimurti" = los tres rostros de Brahma, Shiva,
y Vishnú que representan la creación, la destrucción y la
preservación. 81.
Conjunto del Templo hindú de "El gran Dios" en Khajuraho. Los dioses
Shiva y Vihnú reciben el culto en templos magníficos. Los shivaítas
y los vishnuítas son los adoradores de las respectivas divinidades y constituyen,
sin duda, los dos movimientos principales del induismo. Cada una de las dos sectas
enseña caminos totalmente diversos para poder llegar a la fusión
con Brahma. 82.
Figura de Shiva en Madrás. Shiva es el dios de la destrucción.
Se le representa generalmente como un danzarín estático, rodeado
de una corona de llamas que simboliza el ritmo de universo, siempre en continua
formación, que se extingue y vuelve a nacer. Así el dios destructor
es a un tiempo el dios creador. Shiva es la divinidad que más nos ayuda
a comprender la filosofía india basada en la intranscendencia de lo terreno.
El hombre está sujeto a una cadena de comienzos y finales en que la vida
mortal ya no cuenta para nada.
83.
La fuerza de Shiva representada por un toro. La fuerza creadora de Shiva es
representada en los templos por el símbolo de un buey llamado Dandu o Nandi.
Los shivaítas dan mucha mayor importancia a la espiritualidad que a cualquier
otro movimiento doctrinal. Según ellos el camino de la unión con
Brahma es el triunfo personal sobre la ignorancia. 84.
Venerando una estatua de Vishnú. Los seguidores de Vishnú,
el otro gran dios, son más numerosos que los de Shiva. Incontables son
los templos dedicados a Vishnú. Vishnú es el dios que conserva el
universo, el dios del amor. Los vishnuítas se esfuerzan por llegar a la
fusión con Brahma mediante la práctica del "bhakti" o entrega confiada
y amorosa al dios conservador y providente. 85.
Krisna tocando la flauta (Bubaneshwar) (Museo etnológico de Barcelona).
Vishnú es adorado generalmente en alguna determinada forma o figura
de las diversas encarnaciones en que se ha presentado a vivir entre los hombres
en forma humana. Porque Vishnú para vencer al mal se ha encarnado ya nueve
veces en personajes o con formas diversas. Las dos encarnaciones más importantes
de Vishnú son los personajes divinos Krisna y Rama. 86.
Rhada desnuda adorando a Krisna (Orissa) (Museo etnológico de Barcelona).
Un tema preferido de la poesía hindú es el amor de Krisna hacia
diversas doncellas terrestres, sobre todo el amor de la pastora Rhada que hace
florecer el paisaje y multiplicar los rebaños. Vemos aquí a Rhada
enamorada adorando a Krisna. Para los hindúes la pasión de amor
de Rhada por Krisna simboliza el deseo que puede tener el alma humana de unirse
a Dios. 87.
El dios Rama (Kerala). Rama es la otra encarnación importante de Vishnú.
Rama es considerado como un dios bondadoso. El, que siempre obra de una manera
justa y noble, es visto por los hindúes como el ideal del varón.
Sita, la esposa de Rama, es el ideal de la mujer. Rama es venerado por todas las
sectas hindúes. Gran número de indios lleva el nombre de Rama. 88.
Templo de los monos (Benarés). La epopeya clásica hindú
Ramayana describe la vida de Rama, heredero de un reino del norte. Su esposa Sita
es raptada por el demonio Rawana y llevada a la isla de Ceilán. Rama se
dirige a Ceylán con un gran ejército. En esta empresa le ayudarán
una multitud de monos que, mandados por el dios-mono Hanuman, formarán
un puente con sus cuerpos entre la península y Ceilán. El dios-mono Hanuman es el dios de la fidelidad. Todavía hoy los hindúes están
agradecidos a los monos, a los que dedican templos como el que aquí vemos. 89.-
Sakti en un Templo de Ankor. Divinidad importantísima la diosa Sakti.
Esposa del dios Shiva, es la madre del mundo. Tiene dos facetas opuestas: por
una parte es la diosa Sakti, la creadora; es bondadosa y dulce y trata a los hombres
como una madre terrenal. Por otra parte es la diosa Kali, la terrible, maligna
y cruel. Las dos divinidades, Sakti y Kali, son aspectos de la misma diosa. 90.-
Sakti dando a luz (Sur de la India). La función creadora de Sakti,
el principio cósmico femenino, es simbolizada mucha veces por la representación
de un parto. El cuerpo humano es la fuente de energía que refleja la estructura
completa del universo y del tiempo como sucesión cíclica de nacimiento
y muerte. 91.-
La diosa Kali (Orissa) (Museo etnológico de Barcelona). Kali, la madre
del mundo, es diosa de la muerte, de la peste, del terremoto, de la tempestad.
Es una divinidad que infunde pánico. Sus imágenes suelen representarla
de pie con la lengua colgando entre sus afilados dientes y un collar de calaveras
pendiente del cuello. Aquí tenemos una versión moderna de la diosa.
92.-
Diosa de la naturaleza en el templo de Ankorvat. Entre la larga lista de
divinidades hindúes merecen especial mención los dioses que se cuidan
del universo y de la naturaleza como esta diosa de Ankorvat. Surya es el dios
del sol; Usas, la diosa de la aurora, Agni, el dios fuego; Intra - el de los mil
ojos- es el dios del cielo estrellado; Sandra, el dios de la luna; Vayu, el dios
del viento; y los Martus, los dioses de los truenos. 93.
Hindú adorando un dios familiar. La religión hindú acepta
tranquilamente la múltiple adoración de innumerables divinidades
con una gran diversidad de ritos. Si ahondamos en la visión religiosa de
los pensadores hindúes, hallamos que para ellos todos estos ritos propiamente
carecen de sentido. Porque el pensamiento hindú está totalmente
dominado por Aquél que es el Ser-Único-Total de todos los dioses,
de todos los vivientes, de todas las cosas. Pero, a su modo de ver, estos
cultos son el punto de partida auténtico hacia formas superiores de religiosidad.
94.
Divinidades en la fachada del templo de Khajuraho. Así hay que interpretar
las fachadas de los templos hindúes, la abundancia de figuras que nos manifiesta
un mundo fabuloso, fruto de la fantástica fuerza expresiva de los mismos
hindúes. Divinidades en forma de hombre y de animales rodeadas de héroes,
demonios y bailarinas celestiales. 95.
Templete a un dios junto al camino. Así ha de entenderse la proliferación
de dioses en las casas, y en los caminos. Por doquier, junto a las vías
públicas, aparecen templetes y estatuas de los más diversos géneros,
dedicadas a toda clase de dioses. Ante los cuales los piadosos hindúes
dejan sus ofrendas y hacen sus plegarias. 96.
Ofrendas ante la divinidad. Así han de entenderse las sorprendentes
formas con que los hindúes de las castas inferiores realizan su culto a
los dioses a quienes tratan como si fueran de carne y hueso: les traen alimentos
para comer, los bañan con agua, los visten con telas de colores, les traen
flores. Las flores de las ofrendas las seleccionan por colores pues cada divinidad
tiene sus preferencias. Vishnú prefiere los jazmines blancos. A Shiva le
gusta el color azul. Kali quiere el rojo malvavisco.
97.
Diosa Lakhsmi con cuatro brazos (Bubaneshwar) (Museo etnológico de Barcelona).
La fantástica imaginación de los hindúes no halla inconveniente
delante de las formas corporales más diversas de los dioses. La multiplicación
de brazos representa plásticamente el poder extraordinario del dios. La
grandeza de espíritu se puede representar por la diversidad de cabezas
en una sola estatua. La omnipotencia del dios se representa muchas veces por la
reiterada repetición de la misma imagen. 98.
Danza sagrada en Kerala. Entre las formas populares de culto llaman la atención
las danzas rituales como las de este joven en Kerala al sur de la India. Danzas
a veces de impresionante violencia para ahuyentar los malos espíritus y
para atraer la benevolencia y el poder sobrenatural de las divinidades. 99.
Salida del sol en tierras de la India. Todo lo que existe es expresión
de Brahma. Pero ¿cómo ha llegado a existir? ¿Cómo se ha hecho
el mundo?. De Brahma, el divino, el sobrenatural, emana Maja que es el mundo
terrenal. La doctrina hindú lo expresa así: "En Brahma está,
como en una simiente, la energía vital. Cuando ésta en la creación
del universo comienza a dar señales de vida la energía vital se
convierte en Maja, el mundo material que nosotros percibimos con nuestros deficientes
sentidos. Así Maja significa aparición, ilusión. Cuando
Maja fluye de Brahma se parece al calor del fuego. Ciertamente el calor no es
el fuego, pero es irradiado por él y sin él no puede subsistir". 100.
Brahma como creador con Sakti, sobre un pavo real (Deccan). Brahma, creador,
con Sakti, la diosa de la fecundidad. De acuerdo con la cosmología
hindú el universo que Brahma irradia comprende un ciclo de unos 4.320 millones
de años, al fin de los cuales es destruido por el fuego o por el agua,
y Maja vuelve al corazón de Brahma. Nace un nuevo universo. Este proceso
se repite una y otra vez eternamente. 101.
Piedras adornadas por hindúes. De la relación entre Brahma
y Maja no se desprende sencillamente que Brahma sea dios y Maja el mundo. Por
el contrario, hay que decir que en el mundo, con todos sus vivientes, los fenómenos
y las formas de las cosas, en todo, están Brahma y Maja. Como en estas
piedras aquí veneradas. «Brahma es el Único, Absoluto, Impersonal, Indivisible,
Incambiable, más allá de la acción y de la inacción,
más allá del bien y del mal ». 102.
Círculos concéntricos (manuscrito de Rajasthan). Maja, en
cambio, es el mundo de las cosas contrarias o de las antinomias: se
manifiesta en el trabajo y en el descanso, en el hombre y la mujer, en
lo bueno y lo malo, en el placer y el dolor, en el calor y el frío, en
la guerra y la paz, en el pobre y el rico. Los contrarios quedan
superados en el «Mokscha». El "Mokscha" está
más allá de todas las contradicciones, es paz y descanso en Brahma.
Cuando uno ha alcanzado este estado o situación, el mundo ambiental desaparece
y se consigue la tranquilidad total. 103.
Hombre santo meditando en Benarés. Así la meta suprema del
hindú consiste en la extinción de los contrarios o antinomias y
en conseguir aquello que no tiene en sí mismo ninguna contradicción
o tensión interna, es decir, la paz y el descanso en Brahma. La experiencia
de esta paz es inefable; si el hombre piadoso intentara explicarla entraría
de nuevo en las contradicciones. De hecho en el hinduismo no hay instrucciones
ni preceptos. 104.
Shadu eremita. En la búsqueda de la paz se integran los ideales
de la ética hindú, camino que conduce a Brahma: pureza, verdad,
dominio de sí mismo, no violencia, misericordia y compasión hacia
todo viviente. El respeto religioso a todos los vivientes es debido a que
los hindúes ven a Brahma en todas las realidades que constituyen el mundo:
puede ser una piedra, un árbol, un río, una ave, una hormiga o una
vaca... La mayoría de los hindúes piadosos son vegetarianos. 105.
Vacas por las calles de Calcuta Característica única en el
mundo es la veneración de los hindúes por las vacas. Éstas
se pasean libremente por las ciudades y los campos, en un país donde millones
de humanos mueren de hambre. Las vacas son una especie de animales legendarios:
"Son los rayos luminosos de la aurora, las manchas del sol, los rayos perdidos
del sol". Matar una vaca es más grave que un homicidio. Se lee en los
antiguos libros sagrados: "Quien mate una vaca irá al infierno tantos
años cuantos pelos tenía en el cuerpo la vaca" 106.
Templos de las vacas en Ahmedabad Vemos aquí un templo dedicado a
las vacas en Ahmedabad. Este lugar, donde la mentalidad extranjera vería
un gran establo, es un templo dedicado a las vacas. De la leche que los sacerdotes
ordeñan, se fabricará un queso sagrado. El suero sobrante será
agua bendecida para el servicio religioso de los fieles. 107.
Estiércol de vaca puesto a secar Las mujeres recogen cuidadosamente
el estiércol de las vacas, lo amasan y lo ponen al sol. El estiércol
seco de vaca constituye un apreciado material de construcción, y es utilizado
como combustible. 108.
Danza de la serpiente Llama la atención también el respeto
religioso a las serpientes. En la India se conocen más de 300 variedades.
Los hindúes les ponen comida a la entrada de sus guaridas. Si una serpiente
se desliza al interior de una casa le ponen de comer y se guardan mucho de ahuyentarla. 109.
Elefante utilizado como vehículo Entre los animales sagrados se cuenta
el elefante. Los hindúes más rigurosos tachan de sacrílegos
a los que utilizan elefantes para trabajar. También las pequeñas
hormigas son tenidas en gran veneración. 110.
Hindú alimentando ratas Vacas, monos, serpientes, elefantes, hormigas,
ratas, no son más que un ejemplo del amor que los hindúes sienten
por la creación, a causa de Brahma. Esta escena nos ofrece una idea
del extremo a que llega la veneración a los animales. La gente sencilla
se entretiene en alimentar vivientes para nosotros más desagradables, como
pueden ser las ratas. 111.
Yogui en meditación Un hombre verdaderamente religioso renuncia al
mundo y se dedica exclusivamente a Brahma. En la India se encuentran por todas
partes los sadhus, los monjes hindúes. Alejados del mundo los sadhus viven
dedicados exclusivamente a la meditación. Comen una sola vez al día
de la caridad de la gente piadosa. Esta disciplina del cuerpo, del alma y
del espíritu se llama yoga. El yoga se propone el dominio sobre el cuerpo
y sus funciones para liberar el espíritu en orden a someterlo plenamente
a Brahma. El
camino del yoga tiene ocho partes: 1. Conducta moral irreprochable.
2. Pureza interior y exterior. 3. Dominio de ciertas posiciones del cuerpo
y manera de sentarse. 4. Dominio de la respiración a voluntad.
5. Liberar la atención de las impresiones de los sentidos. 6. Fijación
del pensamiento. 7. Meditación. 8. Contemplación absoluta.
Nuestra mentalidad occidental nos conduce a fijarnos solamente en lo más
externo del yoga. Es un craso error situar a los yoghis en línea con los
prestidigitadores, encantadores y fakires.
112.
Yogui y los chakras Cuando el yogui se ha desconectado de todas las sensaciones
ha llegado al estado más alto de meditación. Se encuentra entonces
más allá del tiempo y del espacio, de lo bueno y de lo malo, de
la familia, casta y patria. Dicen los escritos antiguos: "Como los ríos,
que al desembocar en el océano se liberan del nombre y figura, así
el sabio entra dentro del divino supremo espíritu sin figura y sin nombre."
Aquí tenemos la fotografía de un yogui en meditación.
Los círculos en columna plasman la teoría de los kakras, diversos
centros del cuerpo sutil que conducen progresivamente a la espiritualización. 113.
Baño en el Ganges Un rito muy importante en la religiosidad hindú
es el baño sagrado. A la salida del sol todos los hindúes se bañan
en un río o estaque. El agua es sagrada por su poder purificador.
El río más sagrado es el Ganges. Lo llaman: "nuestra madre Ganges". 114.
Benarés y el Ganges A la orilla occidental del Ganges se asienta Benarés,
la ciudad religiosa centro del hinduismo. Los hindúes van allá
en peregrinación para visitar los innumerables templos y tomar el baño
purificador en el río sagrado. 115.
Hindú aposentado junto al Ganges Cuando un hindú piensa que
sus días están contados, viaja, por poco que pueda, a la ciudad
santa de Benarés. Allí espera el más grande acontecimiento
de su vida: la muerte. Por ella confía liberarse definitivamente de la
larga cadena de reencarnaciones para llegar a alcanzar finalmente el "Mokscha".
Por las calles de Benarés pululan ancianos, enfermos, viudas e innumerables
peregrinos de toda edad y condición. 116.
En el baño matinal Unas anchas escaleras de piedra distribuidas a
lo largo de toda la ciudad bajan de los templos hasta el río. Los escalones
se llaman Gaths y en ellos se leen inscripciones que ambientan la actitud religiosa
de los que por ellos van o vienen del baño sagrado. Los hindúes
esperan conseguir la purificación de todos sus pecados mediante un baño,
a la salida del sol, en las aguas santas del río. 117.
Preparando la pira de incineración Todos los hindúes desean
morir en Benarés. Los que allí mueren son trasladados a la orilla
del río, se prepara una hoguera y el cadáver es incinerado. Día
y noche arden estas piras a la orilla del Ganges. Ambiente siniestro para los
occidentales, ceremonia festiva para los hindúes. 118.
El Ganges Las cenizas del muerto son recogidas y trasladadas en barca al
lugar santo Allahabad donde las aguas azules se unen con las oscuras del Ganges,
y, en unión de pétalos de flores, son esparcidas sobre el agua. 119.
Tumba de Gandhi El sepulcro de Gandhi, el gran liberador pacífico
de la India, se encuentra en Delhi y se ha convertido para los hindúes
en un nuevo lugar de peregrinación. Gandhi, que mediante la desobediencia
no violenta consiguió la independencia política de la India, se
opuso, principalmente, a todo espíritu de casta y fue un gran exponente
de la vitalidad religiosa hindú. 120.
Hindú navegando en el Ganges Hoy la India religiosa, entre la miseria
y la sublimidad, sigue bregando en el esfuerzo por ser fiel al destino eterno
de los hombres. |