9.2. ALBERT FARGAS. "El juego de la oca" en Simbolismo
de los juegos de mesa, MRA, Creación y Realización Editorial,
Barcelona 1997, 77.
El juego de la oca reproduce también el mito del laberinto en forma
de espiral. Muestra el rico simbolismo bajo esta forma iniciática
o vía del conocimiento. Es el laberinto, como eficaz protección
del centro, en este caso, el jardín de las ocas. Son los dédalos
cretenses, el mito de Teseo, el laberinto etrusco de Clusium o el lago
Moeris en Egipto. Sólo por ceñirnos a nuestros antecedentes
culturales más próximos. Mircea Eliade lo expresa con gran
claridad: "El itinerario que hay que seguir para llegar al "centro"
está lleno de obstáculos, etc.; no obstante, todas las ciudades,
todos los templos, todos los habitáculos "están"
en el centro del universo. Penetrar en un laberinto y conseguir salir
de él es el rito iniciático por excelencia, y, sin embargo,
todas las existencias, hasta la menos movida, pueden ser asimiladas al
caminar en un laberinto".
Es un juego de movimiento. "Hay una marcha de la oca que, como camino
de iniciación, implica el paso de una "fuerza" terrestre
a otra". Este viaje iniciático en forma de espiral sigue presente
hoy en la mayoría de ritos iniciáticos.
|