8.1. PEDRO OLIVARES GALVÁN, "El juguete en la vida y en la obra de Mariano Ballester" en Jugando, Jugando. Exposición (Parque del Retiro, febrero/marzo 1988), Comunidad de Madrid, Consejería de Educación, Dirección General de Educación, 1988.


(...) el juego de la Oca pese a su antigüedad es un juego que sigue proyectando una fascinación, poco explicada, que lo hace aún hoy ser un de los más populares. En el fondo la Oca es un juego nada inocente pues comporta un auténtico rito de tránsito, en el que se realiza un viaje o peregrinación (liberación, renunciación y expiación) como un movimiento circular hacia el centro. El juego como representación de la vida humana, tiene el número siete como base, ya que se creía que la metamorfosis (el número 63) en el que se llega a la meta, el "vuelo definitivo", como significante del acceso a un modo de ser "sobrehumano" (Dios, mago, "espíritu"). Ello viene a ser -como dice M. Eliade- la libertad de moverse a placer, el "arhat" del pensamiento indio que "rompe el techo de la casa" y echa a volar por los aires, trascendiendo el Cosmos y accediendo a una libertad absoluta (nirvana, asamsharta, sahaja...) (Cf. Mito y realidad, Madrid 1968).
En este viaje iniciático cada jugador puede encontrar la ayuda de la oca, pato silvestre o cisne, un tipo de criatura intermedia que combina la actividad subacuática y el vuelo, con una vida terrestre, y por ello arquetipo de liberación, desatadura (C. JUNG, El hombre y sus símbolos, Madrid 1964) hacia una etapa superior y más madura. Pero también hay otras casillas fijas como el puente (casillas 6 y 12), que simboliza el cambio mismo por la acción de cruzar el agua (personificación del "sí-mismo": César-Rubicón; Washington-R. Delaware), la posada (19), los dos dados, con un seis y un tres (el 26 y el 53), el pozo (31), laberinto (42), cárcel (52) y la muerte (el 58, porque 5 más 8 suman 13), entendida como primera condición de toda regeneración mística, como regreso a la noche cósmica, al principio, para ser creado de nuevo, para poder ser regenerado. (29-30)