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Elsemanaldigital.com 

CON ENGAÑOS O COACCIONES

Un 30% de centros de Primaria no dan enseñanza de Religión




La legislación establece que incluso si una única familia solicita enseñanza religiosa en Primaria, debe ser atendida. Pero en un tercio de los colegios públicos la dirección viola esa ley. 

26 de septiembre. Según informan fuentes sindicales y asociaciones de padres, se trata de equipos directivos muy antirreligiosos, que se aprovechan del desconocimiento de los padres respecto de sus derechos.

Los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede (BOE 15-12-79) establecen que en todos los establecimientos educativos ha de garantizarse el derecho a la enseñanza de la Religión. Así lo ratifica además el Real Decreto 2438/94 (BOE 26-1-95), en virtud del cual la simple petición de un alumno en Primaria obliga al colegio a crear la plaza correspondiente, pues tiene la obligación de ofertarla. Muchos padres, sin embargo, desconocen esto.

Cuando en la ficha de inscripción manifiestan el deseo de que su hijo reciba clases de Religión, una mayoría de centros cumple la ley: tramita la petición a la Administración, y ésta dota la plaza correspondiente.

En torno a un tercio de las direcciones, sin embargo, adopta una actitud beligerante contra las familias, y simplemente no tramitan las solicitudes, con lo cual la Administración no se entera y no puede instar el cumplimiento de la ley. 

La dirección opera mediante un simple engaño: llama por teléfono a los padres y les "informa" de que el centro no imparte la asignatura, con lo cual los padres retiran su demanda, ignorantes de sus derechos; o se miente a las familias explicándoles una por una que son las únicas peticionarias y el trastorno consiguiente para el colegio.

Cuando, pese a todo, la solicitud persiste, la casuística es muy amplia. En ciertos casos el centro acaba cediendo y tramita la petición. Pero en otros pasa sin más a la coacción, amenazando sutilmente con el vacío y aislamiento que padecerá su hijo por su extraña singularidad, o las consecuencias negativas para su futuro escolar. El resultado suele ser entonces la marcha a una escuela concertada.

El drama es todavía mayor cuando los Delegados de Educación amparan la actitud de estos directores de colegios públicos y no se movilizan en defensa de los derechos de los alumnos. La situación a ese respecto es muy mala en algunas comunidades autónomas.