JUDAÍSMO

UN PUEBLO ELEGIDO

La elección del pueblo judío por Dios comenzó cuando su antepasado, Abrahán, emigró desde Ur, en Caldea, a Harán, y luego a Canaán. Dios le prometió una gran descendencia: "Haré de ti un gran pueblo y te bendeciré".

Varios siglos más tarde, cuando este pueblo es liberado de la esclavitud de Egipto, Dios renueva la alianza con el pueblo: "Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios".

Así pues, el pueblo hebreo fue llamado a tener una relación especial con Dios y a cumplir una misión particular con respecto a los demás hombres: debían ser una "nación santa" que manifestara en su vida personal y social la vida del Dios que les había elegido y los había liberado de la esclavitud de Egipto.

UNA TIERRA PROMETIDA

Dios prometió a Abrahán no sólo hacer de él y de sus descendientes una gran nación, sino darles también un país, una tierra. Este país -más tarde conocido como Palestina o Israel- estuvo siempre presente en el pensamiento del pueblo judío. Sobre todo en los tiempos de persecución, los deseos de los judíos se volvían hacia Jerusalén, auténtica ciudad santa de los judíos.

UNA LEY

El judío piadoso trata de amar a Dios con todo su ser. Este amor se manifiesta en la obediencia práctica a la ley que Dios ha dado al pueblo. La ley se encuentra en los cinco primeros libros de la Biblia -el Pentateuco- también llamada "Tora", que contienen la que Dios reveló a Moisés en el monte Sinaí. Estos mandatos cubren todo el ámbito de la vida del judío, y están resumidos en los diez mandamientos.

Muy relacionado con la ley está el rabino, que en hebreo significa maestro. Es el doctor de la ley, el que la enseña, la comenta y la explica. Tras la caída del templo y la práctica desaparición de los sacrificios que eran ofrecidos por los sacerdotes, el poder de éstos pasa a los rabinos, que son los que representan a la comunidad judía allá donde se encuentre.

UN DIOS ÚNICO

El dios del judaísmo es un dios que habla, se revela al hombre en la historia y actúa en ella para liberar al pueblo judío. Sus palabras y sus revelaciones se han ido produciendo a la largo de toda la historia del pueblo: comenzaron con Abrahán, con el que hizo una alianza; siguieron, sobre todo, con Moisés, al que comunicó la ley; más tarde continuaron con los profetas.

El dios de los judíos es inaccesible, totalmente distinto de los hombres, pero a la vez cercano y preocupado por la vida del pueblo, al que se va revelando progresivamente. Todas estas revelaciones van acompañadas de acciones liberadoras de Dios. En la Biblia, más concretamente en la que nosotros llamamos Antiguo Testamento, se recoge toda esta historia de Dios con su pueblo. Allí encontramos narradas las acciones liberadoras de Dios y todas las palabras que ha ido transmitiendo a los patriarcas y a los profetas. En estas escrituras se encuentra también la promesa de una liberación definitiva que vendrá en un futuro (esperanza mesiánica)

Todo lo que existe procede de este dios. Él es el creador del cielo, de la tierra, de la luz, de los animales, del hombre y de la mujer a quienes hizo a semejanza suya.

En el judaísmo, este dios creador, liberador, que se revela y comunica al hombre y al que llaman Yavé, es un dios único. No hay más dios que Yavé.

EL TEMPLO

El gran templo construido por el rey Salomón en Jerusalén se constituyó pronto en el centro de la vida religiosa de la ciudad. En él se guardaba el arca de la Alianza y se ofrecían los sacrificios en las grandes fiestas por parte de los sacerdotes.

El templo fue destruido dos veces: por Nabucodonosor en el año 586 a.C. y por los romanos en el año 70 d.C. En esta fecha se produjo la mayor dispersión de los judíos por todo el mundo (diáspora).

LA SINAGOGA

La sinagoga es el lugar donde se reúnen los judíos para sus oraciones y para la lectura de la ley. Allí acuden el sábado, que es el día de fiesta de los judíos.

Después de la destrucción del templo, la sinagoga asumió el papel de preservar y desarrollar el judaísmo. En las ciudades donde se instalaba una comunidad judía, se construía una sinagoga. En torno a ella giraban tanto la vida religiosa como la educación de los niños en las tradiciones judías. Así pues, la sinagoga no es tanto un lugar de culto como un edificio para la reunión y la enseñanza.

LOS RITOS Y LAS FIESTAS

La circuncisión

El rito de la circuncisión consiste en cortar el prepucio a los niños poco después de nacer. Por medio de este rito, el pueblo judío manifiesta que ha sido elegido por Dios. Es como la marca de esa elección en su propia carne. El origen de la circuncisión se remonta a Abrahán.

El día del sábado

El día del sábado es el día de fiesta de los judíos, en el que se conmemora el descanso de Yavé después de los seis días de la creación. Comienza el viernes por la tarde y acaba el sábado de noche cerrada. Los judíos piadosos se abstienen de cualquier trabajo y acuden a la sinagoga.

La Pascua

La fiesta de la Pascua conmemora la salida de Egipto y la liberación de la esclavitud. Es la gran fiesta de Dios que libera a su pueblo. Se celebra el día 15 del mes de Nisán, ordinariamente en abril.

 

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